sábado, 13 de julio de 2013

Así es la habitación de Francisco en Río de Janeiro

El Papa dejó de lado la gran suite que le ofrecían en Brasil, donde pasará seis días. “Quiere las mismas cosas que usa todo el mundo”, dijo la hermana "Terezinha".

El sitio brasileño O’Globo dialogó con la hermana Tereza Fernandes, encargada de la residencia Asunción, elegida por las autoridades del Vaticano para alojar a la comitiva que encabezará el papa Francisco y que asistirá a la Jornada Mundial de la Juventud entre el 22 y el 28 de julio próximos.

Para viajar hasta allí ya había señalado su intención de no utilizar una cama durante el vuelo. Aunque sí lo hará en primera clase, estará sentado junto al resto de la delegación.

La comitiva que visitó las instalaciones dejó una premisa clara para “Terezinha”: simplicidad. Aunque la casa tiene 1.345 metros cuadrados techados, entre los cuales se destacan los 77,5 de la suite con escritorio y biblioteca propios, Francisco -una vez más- dejó de lado las comodidades mayores.

El Papa se alojará en el mismo cuarto que utilizó Juan Pablo II, ubicado en los fondos de la residencia y de la mitad del tamaño que la imponente suite.




“Es muy simple, no quiere nada diferente, quiere que sus cosas sean iguales a las de todo el mundo”, explicó Terezinha. Así, el jefe de la Iglesia Católica será alojado en las mismas dependencias que los siete cardenales que lo acompañarán.

La habitación refleja la prolija austeridad que ha impuesto el Sumo Pontífice en sus cuatro meses de papado: tendrá disponible un frigobar, una mesita con una silla común y una mecedora, y una cama cuyo único ornamento en la cabecera es un pequeño crucifijo de madera. También hay una poltrona para estirar los pies.

La actitud de Francisco ha conmovido a las monjas que estarán atendiendo las necesidades de su séquito en la casa y también las anima a tener un contacto natural: “Hay hermanas que me dicen ‘Quiero hablar un poco con él’”, asegura Terezinha.

El contacto directo con Francisco será una de las pocas formas de comunicarse mientras esté en la residencia, ya que al estar en altura -unos 700 metros sobre el nivel del mar- la señal de los teléfonos celulares no es buena. Sin embargo, en Río aseguran que instalarán antenas para mejorar este aspecto.

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